Carlo Petrini
Nacido en Bra (Cuneo) de 22 de junio de 1949, Carlo
Petrini se inicia interés por la comida y el vino en el año 1977, el trabajo
con los principales periódicos Italiano. En los primeros años ochenta fundó
asociación Agrícola, con el objetivo de mejorar la cultura de la convivencia y
la promoción en gastronomía de calidad.
Desde el año 1977 escribe en revistas italianas
especializadas sobre temas gastronómicos.
Petrini fundó la Libera e Benemerita Associazione
degli Amici del Barolo («Libre y benemérita sociedad de los amigos de Barolo»),
que se transformará en julio de 1986 en Arcigola, colaborando aún regularmente
con Gambero Rosso y la revista La Gola. El 9 de diciembre de 1989 presentó en
París el movimiento conocido como Slow Food. Es un movimiento multidisciplinario
que hoy cuenta con más de 100.000 asociados de unos 170 países. "Muchos
creen que Slow Food es una asociación elitista, que reúne a los amantes de la
buena comida. Pero se trata de una concepción mucho más amplia: es un frente
dedicado a la defensa de la biodiversidad, de una agricultura y de una comida
que no destruyan el medio ambiente. Buscamos el control de desperdicio,
fortalecer economías locales. Nuestro objetivo es que la gastronomía sea un
derecho universal", explica Carlo a la nacion en su reciente visita a
Buenos Aires, donde dio una charla a sala llena en la Facultad de Agronomía de
la UBA, antes de seguir viaje a Montevideo
-Slow Food quiere recuperar tradiciones campesinas,
las pequeñas producciones artesanales.
Y aun así hay mil millones
que no satisfacen sus necesidades de alimento. En el futuro, seremos nueve mil
millones, habrá comida para dieciséis mil millones con un 20% que pase hambre.
La agricultura en pequeña escala es la verdadera respuesta al hambre en el
mundo. Se trata de la soberanía alimentaria.
Ferran
Adrià
su nacimiento el 14 de mayo de 1962, en el populoso
barrio barcelonés de Santa Eulàlia (L'Hospitalet de Llobregat, 1962) Gastrónomo
español aclamado actualmente como el menor cocinero del mundo. En la brillante
trayectoria de este artista de la gastronomía tuvo una gran importancia el
apoyo recibido por su familia, que le transmitió, prácticamente desde su
nacimiento
Al cabo de un año, Ferran había cumplido su sueño
de ir a Ibiza y se sabía de memoria el libro. Los conocimientos adquiridos los
puso en práctica durante su servicio militar en Cartagena en 1983 y, mientras
tanto, el azar lo llevó a El Bulli, un restaurante situado en la cala Montjoi
de la Costa Brava, entre las localidades de Rosas y Cadaqués, donde trabajó
durante el mes de permiso. Contratado de nuevo a partir de abril para la
temporada de 1984, en octubre ya había sido nombrado jefe de cocina. El
entonces director de El Bulli y socio de Adrià, Juli Soler Lobo, y el flamante
nuevo jefe de cocina se decidieron a hacer una restauración creativa. En pocos
años El Bulli fue distinguido con la tercera estrella de la guía Michelín.
La incesante labor de Ferran Adrià, desarrollada a
lo largo de más de veinte años, terminaría revolucionando los fogones en España
y situando la nouvelle cuisine francesa y la "nueva cocina" española
en una dimensión radicalmente distinta. Comenzó "deconstruyendo" platos
para que pudiéramos degustar la gastronomía con los cinco sentidos. Luego sus
experimentos culinarios fueron aún más osados: trató de irrumpir con sus
técnicas en el mismo corazón del hogar y, lo que todavía resulta más atrevido,
cambiar el concepto de fast-food (comida rápida) por el de good-food (comida
rica).
A los numerosos premios recibidos en Francia y en
España, el cocinero sumó en 2003 la Silver Spoon (Cuchara de Plata) que otorga
la revista Arts and Foods de Nueva York, y que en gastronomía está considerado
el galardón más prestigioso del mundo. Su fama internacional en los últimos
años no sólo lo ha llevado a ser considerado el mejor cocinero del planeta,
sino que, además, la revista Times lo ha incluido en su lista de las cien
personas más influyentes del mundo.